Lo que tienes que saber si tendrás una Conversación Difícil con tu Equipo o Jefatura

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Nuestros trabajos serían mucho más fáciles si las interacciones en el lugar de trabajo se manejaran siempre profesionalmente, con respeto y sentido del decoro. Pero todos sabemos que al igual que con nuestras vidas personales, a veces son necesarias las conversaciones difíciles a lo largo de nuestras carreras. De vez en cuando, los colegas no hacen su mejor trabajo, dejan las cosas sin hacer o trabajan para otras personas y es allí cuando debemos abordarlo.

Manejar una conversación difícil en el lugar de trabajo requiere empatía y habilidad. Tener éxito en el trabajo significa más que solo cumplir tus objetivos. Significa ayudar a fomentar una sensación de bienestar para ti y tus colegas. Y significa que cuando estás enfrentando lo que podría ser una charla desagradable con un compañero de trabajo, es posible que necesites un poco de entrenamiento para prepararte para ello. Veamos algunos consejos y pasos fáciles de seguir para que puedas permanecer tranquilo y profesional durante una conversación difícil en el trabajo.

Las conversaciones difíciles ocurrirán

En la mayoría de los lugares de trabajo, no hay forma de evitar esto. Hay momentos en que los temas desagradables necesitaran ser discutidos. Y cuando eso suceda, las emociones se pueden escapar, elevando el nivel de dificultad. Es importante comprender que solo puedes controlar tu propio comportamiento. Tienes la capacidad de mantener tu profesionalismo, tu sentido de compostura y hablar respetuosamente durante estas conversaciones difíciles. Recuerda que hablar lentamente y en silencio puede ayudar a reducir el nivel de ansiedad que la otra persona podría estar sintiendo, ayudando también, a dispersar cualquier reacción emocional de su parte.

1. Crea una agenda relajada
Un poco de planificación puede hacer que las discusiones difíciles sean más manejables. Cuando estás en medio de esta conversación, puede ser difícil recordar todo lo que querías discutir, o incluso cuáles son tus puntos principales. Es fácil sentirse abrumado. Si sientes que está sucediendo, haz una pausa y regresa a la agenda que hiciste de antemano. Tendrás al menos los principales puntos de discusión ordenados, así puedes asegurarte de que no termine la conversación sin haber comunicado tu punto de vista.

2. Muestra empatía

Cuesta muy poco ser amable y empático, incluso cuando hay temas difíciles que resolver. Durante este momento, siempre ten en cuenta lo que siente la otra persona, independientemente del tema de conversación. Y, siempre asume que hay innumerables problemas que desconoces en la vida de la otra persona que nada tienen que ver con la conversación, pero que podrían estar afectando la manera en que reaccionan a ella. Podrían estar lidiando con problemas financieros, un ser querido que está enfermo o un niño que tiene problemas. Si bien esas cosas pueden no tener nada que ver con el problema laboral que están discutiendo, para la otra persona este puede ser otro evento estresante más para sumar a su lista ya existente. Por eso es importante ser un buen oyente durante estas discusiones. Aprende a dejar de lado tus propios sentimientos y dale a la otra persona la libertad de expresar los suyos.

3. Aprende a que no te incomode el silencio

Para muchas personas, esta es una lección difícil de aprender. Estamos condicionados a llenar vacíos en las conversaciones, pero esa no siempre es la mejor ruta a seguir durante una discusión difícil. Probablemente encontrarás que hay momentos en la conversación donde se produce el silencio. Puede que incluso te resulte un silencio incómodo. Eso está bien. Deja que suceda. No te preocupes por apresurarte a llenarlo de palabras. Durante las conversaciones difíciles o emocionales, una pausa a dos, puede tener un efecto calmante. Estas permiten que el mensaje llegue y que las personas piensen antes de decir algo más.

4. Elige el lugar correcto para tener la conversación

Hay algunas reglas básicas a seguir para preparar el escenario para una resolución exitosa a un tema difícil:

Elige reunirte en un lugar neutral. Si eres el jefe de la persona, en lugar de hacer la reunión en tu oficina –lo que puede ser intimidante para la otra persona–, intenta hacerlo en una pequeña sala de conferencias o en un espacio de trabajo separado.
Elige un lugar de reunión que sea privado. Las conversaciones difíciles no necesitan una audiencia.
Ten en cuenta tu lenguaje corporal. Si estás sentado rígidamente con los brazos cruzados, no parecerá que estés invitando a una buena conversación. Inclínate hacia adelante y escucha a la otra persona. No frunzas el ceño ni sacudas la cabeza, incluso si no estás de acuerdo con lo que dicen.
Asegúrate de que la otra persona sienta que están juntos en esto. Encuentra una manera de jugar el ángulo de trabajo en equipo y usa palabras como «nosotros» y «nuestro» para dejarle en claro a la persona que lo ves como parte de un grupo exitoso.

Preservar la relación

Las conversaciones difíciles no tienen que terminar creando una relación tensa. Siempre piensa en cómo una conversación difícil puede conducir a la solución de la situación. No quemes puentes entre tú y la otra persona. Todavía hay mucho trabajo en equipo por delante e incluso si es sólo por el bien del entorno laboral, necesitas ser capaz de llevarte bien con ellos y hacer un buen trabajo juntos. Esto puede significar que tienes que ser la mejor persona. Si las cosas se ponen difíciles cuando la conversación termina, envía un correo electrónico o una nota al día siguiente, diciéndole a esa persona que estas contento de que ambos pudieran hablar, y expresa tu esperanza de que esto conduzca a un mejor ambiente de trabajo para ambos.

Además, en las semanas que siguen a esas difíciles conversaciones, busca una oportunidad para resaltar los éxitos de esa persona. Envía el mensaje de que has visto su arduo trabajo y estás listo para recompensar sus logros. Puede ser otra nota personal o una nota de grupo que reconozca su trabajo. Si tu lugar de trabajo tiene un programa de incentivos, podría ser una tarjeta de regalo o un regalo personal para señalar su éxito.

Tener conversaciones difíciles en el trabajo nunca es el punto ideal del día de nadie, pero por el bien del ambiente laboral y el éxito de tu equipo, es importante prepararse para ellas. Con estos consejos, estarás listo para manejar tu próxima discusión con profesionalismo y empatía.